La fontanería de una vivienda es una parte fundamental que solemos dar por sentada… hasta que aparece una fuga, un atasco o una rotura inesperada. Aunque los materiales actuales son más duraderos y resistentes, una instalación mal cuidada puede empezar a dar problemas mucho antes de lo previsto.
En esta entrada te doy recomendaciones útiles para prolongar la vida útil de tus tuberías, grifería y desagües, evitando averías, pérdidas y obras innecesarias.
¿Cuánto dura una instalación de fontanería?
Depende de varios factores: el material de las tuberías, la calidad de la instalación, el tipo de agua y el uso diario. A grandes rasgos:
Tuberías de cobre: entre 40 y 60 años si se mantienen correctamente.
Multicapa o PEX: entre 25 y 40 años, aunque pueden durar más si no están expuestas a calor o luz directa.
PVC o desagües: entre 20 y 30 años, dependiendo del uso y la calidad.
Pero no todo depende del material. El mantenimiento y el uso diario tienen un gran impacto.
Consejos para cuidar tu instalación de agua
1. Evita productos corrosivos
Los desatascadores químicos agresivos pueden dañar las juntas, las curvas del sifón y las paredes de la tubería. Mejor usar agua caliente, bicarbonato o soluciones enzimáticas, o acudir a un profesional.
2. Revisa periódicamente grifos y conexiones
Una gota que cae cada pocos segundos puede suponer cientos de litros de agua al mes. Además, la humedad constante acelera el desgaste de las juntas.
3. Purga y limpia los filtros
Algunos grifos, calentadores o bombas incluyen filtros o aireadores que pueden obstruirse con sedimentos. Revisarlos periódicamente mejora el caudal y evita sobrepresiones.
4. Protege las tuberías del frío
En zonas con inviernos duros, el agua puede congelarse dentro de las tuberías exteriores. Aísla los tramos expuestos o vacía circuitos que no se usen durante el invierno.
5. Cierra la llave de paso si vas a estar fuera
En ausencias largas (vacaciones, segunda residencia), cerrar el paso de agua puede evitar fugas inesperadas y daños mayores si ocurre una rotura.
Errores comunes que acortan la vida de la instalación
Dejar pequeñas fugas sin reparar. Pueden empeorar y causar filtraciones invisibles.
Tirar residuos por el inodoro o el fregadero. Toallitas, aceites, restos de comida… todo suma.
Ignorar los ruidos extraños en las tuberías. Golpes de ariete, vibraciones o silbidos suelen indicar problemas de presión o fijación.
No hacer mantenimientos en termos o calderas. Los equipos conectados a la red hidráulica también requieren revisión.
Cuándo conviene renovar la instalación
Si la instalación tiene más de 30 años y da problemas recurrentes.
Si notas pérdidas de presión, corrosión visible o agua con sabor/olor extraño.
Si haces una reforma en baño o cocina: es el mejor momento para actualizarla.
Si vives en una zona con agua muy dura y sin descalcificador.
